SEAT IbizAdventure

Jueves 21 de abril, tarde soleada en Ljubljana, un SEAT Ibiza blanco hace su entrada por el parking del bloque 8 de Rozna Dolina.

Pero antes de eso, muchas horas en el volante y en las carreteras, 4 países y una parada intermedia.

Después de un fin de semana en Madrid, donde me he reunido con mi vida madrileña de nuevo, y participando en el maratón de Madrid 2011, con un tiempo final de 4h 46 minutos (no, no es mi récord..) tocaba decidir cuándo salir rumbo a mi vida eslovena. 4 cajas de cerveza Mahou, 3 cajas de comida ibérica, y ropa de verano junto con el bañador, me acompañaban.

El camino tuvo un paso por Bologna, porque Hugo, muy amablemente me ofreció estar en su casa todo el tiempo necesario. Nunca me cansaré de agradecérselo.

La fecha elegida fué el martes 19 de abril, hora, 5:30 de la mañana. Cuando todavía no había sol ni coches en las carreteras. Música a tope, un café por la mañana, y muchas ganas por delante.

La verdad, anécdotas pocas, solo que me hizo gracia pasar por el meridiano de Greenwich, está bastante publicitado en la carretera. 

Tuve un posible error en un peaje en Francia, creía que me había colado por los peajes de éstos electrónicos previo pago. Paré a preguntar a un señor francés, y me explicó que no, que  el ticket que tenía era correcto. Luego en Italia, no es fácil orientarse en carreteras que no informan de las posibles salidas cercanas, y sobre las distancias relativas: no sabes dónde estás hasta que ves la salida que buscabas. Es una forma de confundirte muy sencilla.

Sobre los conductores/carreteras según zona:

- En España es una mierda lo de 110km/h, pero bueno, he de decir que en mi coche sí que se nota en el consumo, porque ahí justo salta el turbo, consumiendo bastante mas.

- En Francia, con los límites de 130km/h, y que los conductores respetan el carril izquierdo, y no se ponen detrás para que aceleres, respetando los límites de velocidad, me sentí muy cómodo.

- En Italia, unos salvajes agresivos, carreteras que no invitan a correr, desfiladeros y túneles, y un radar cada 5 km. No dicen qué límite de velocidad hay que llevar y de repente hay una señal de “fin de prohibiciones”. No sé a cuáles se refiere. Y no me ha pasado ni una ni dos veces. En La Spezia me metí en un pueblo enano, buscando la salida de Parma, y bueno, finalmente no fueron más de 5 minutos para encontrarla.

En Bologna, me alegró mucho ver a Hugo, tenía ganas de llegar para poder hablar con alguien. La verdad es que estaba bastante confundido, desorientado, en resumen, lento. Me tenían que repetir las cosas dos veces y me dolía todo el cuerpo! Tenía una ampolla en el talón derecho, de tener el pie en suspensión del acelerador. Increíble.

Al despertarme a las 12:00, dejé la opción de volver a Ljubljana ese día aparcada, Hugo se ofreció muy amablemente a mostrarme sus bares de confianza, y los sitios con encanto de Bologna, que no son pocos. Sus pizzas, sus capuccinos, las motos circulando como locas por la ciudad, las 7 iglesias pegadas unas a otras, las 2 torres de Bologna… sencillamente Italia, sencillamente una ciudad con mucho encanto. 

 El centro de Bologna, Italia en estado puro

 Estas motos, llegaban a ser peligrosas, pero en el fondo ver Vespas en Italia tiene su gracia

 Calentando motores para el partido de por la noche!

 Mirada bohemia en la plaza mas cara de todo Bologna. Al fondo, las 7 iglesias (aunque solo veamos una)

 Bonito lugar para contemplar por una ventanita, un canal de los muchos que pasan por Bologna.

Luego por la tarde nos fuimos a un parque a sentarnos a no hacer nada. Izda Fran, Dcha Hugo

Y por la noche si, final de la copa del Rey, no todos los bares lo ponen como aquí en Ljubljana, pero al final encontramos uno para disfrutar deportivamente de la victoria del Real Madrid sobre el Barcelona. Estuvo muy emocionante y divertido. Final feliz, y a salir por la noche Bolognesa!

Ya por la mañana, a las 13:00h decidí que era el día de poner rumbo a Ljubljana, con la mente mas acomodada, pensando que 4 horas de coche no es nada. Al pasar la frontera, sentí una sensación rara, sabía que era la sensación del éxito, de conseguir algo que no muchos han hecho. Después de haberlo pasado mal en algunas partes del viaje, con ganas de parar a sentarme y esperar a nada en concreto, ver Ljubljana tan cerca me hacía sonreir!

Debo agradecer a Fran y Hugo una vez más su hospitalidad, y su forma de tratarme allí. Sabéis que volveré a veros a vosotros, y a la fábrica de Ferrari (si Hugo, con eso ya me has metido prisa).

Como resumen, aquí os muestro mi cuaderno de bitácora, por si alguien está interesado en la ruta en un futuro.

Martes 19 de abril

1-      7:00h. Repostaje en provincia de Guadalajara. Llevo 130 km

2-      9:15h. Parada en provincia de Zaragoza. Llevo 347 km

3-      11:30h. Parada para comer tortilla, mejillones y salchichas. Llevo 559 km.

4-      13:15h. Parada para sentarme un rato fuera del coche. Llevo 698 km.

5-      14:15h. Frontera con Francia. Llevo 767 km

6-      15:15h. Repostaje en Francia antes de Montpellier, Llevo 870 km.

7-      16:00h. Paso por Montpellier. Llevo 944 km.

8-      16:33h. Parada para preguntar una duda con el ticket del peaje. Llevo 990 km

9-      18:16h. Parada de simple descanso. Llevo 1.160 km

10-  20:18h. Frontera de Italia, Llevo 1.311 km

11-  23:31h. Respostaje entre Génova y La Spezia. Llevo 1.571 km

12-  2:20h. Llegada a Bologna. Llevo 1.781 km.

Jueves 21 de abril

13-  14:30 Salida de Bologna. Llevo 1.781 km

14-  17:35 Frontera con Eslovenia. Llevo 2.055 km

15-  18:49 Bloque 8 de Rozna Dolina. He recorrido 2.155 km.

Los paisajes que vi, sumando la playa de Croacia de un futuro cercano, hacen prometer un viaje de vuelta sinónimo de vacaciones de verano, digno de hacer y recordar. Ahora solo me falta saber hasta cuándo tendré odio al volante…. Hoy no quiero ni ver el coche!

Muchas gracias por estar ahí una vez más. Un abrazo a todos!